ANALEMA DESIGN STUDIO nace de las ilusiones, las motivaciones y los objetivos de Diego García Pando, Ingeniero Industrial, Maker y Product Designer, porque…
¿Qué sería de la vida sin ilusiones?
El mountain bike (cuanto más barro en la ropa, más diversión); dar un rodeo de camino al trabajo para poder ver el mar; no conformarse y seguir buscando hasta encontrar la perfección en cada momento, en cada detalle; las cosas bellas que te ponen los pelos de punta; el cicloturismo, leer, la novela gráfica, la música en vivo, vaguear de cuando en cuando, charlar con los amigos tomando una cerveza (o dos, o tres…) al sol, indignarse, arreglar el mundo, el chocolate, las croquetas, viajar…
¿y sin motivaciones?
En Analema nos mueve el diálogo con el objeto, diseñar aproximándonos desde diferentes perspectivas, analizando el concepto que nos conduce hasta él. El proceso de manufacturación: trabajar con las manos hasta ver el proyecto materializado; el tacto de las superficies, las texturas; trabajar con materiales nobles que respeten la naturaleza; reutilizar objetos desechados por otros, transformándolos hasta dotarlos de un nuevo equilibro estético, de una nueva vida.
¿sin objetivos…?
Todas estas ilusiones y motivaciones se mezclan y unen a nuestro trabajo para crear piezas únicas e inspiradoras que huyen de la indiferencia. Perseguimos así conseguir en cada obra la expresión de un concepto armónico que evoque una sensación y atesore una funcionalidad instintiva. Por eso nuestros productos, mediante el equilibro estético, rozan el arte y alcanzan la belleza y la elegancia que reflejan la perfección y delicadeza de cada uno de sus pequeños y no tan pequeños detalles…
¿Por qué analema?
Por la analogía que encontramos entre este fenómeno astronómico y nuestro modo de entender el diseño.
Al igual que observar al sol desde un mismo punto, el nuestro, y ver cómo va cambiando sin que lo percibamos hasta formar un analema, nos aproximamos al diseño, a la solución de un problema escrutándolo desde la distancia, para después adoptar la posición del analema y mirar hacia la tierra, hacia el objeto, describiendo una infinidad de ángulos, viendo diferentes aspectos, soluciones, perspectivas… hasta que finalmente, acabamos comprendiendo al objeto y consiguiendo que éste cobre toda su forma y sentido.
¿Qué sería de la vida sin ilusiones?
El mountain bike (cuanto más barro en la ropa, más diversión); dar un rodeo de camino al trabajo para poder ver el mar; no conformarse y seguir buscando hasta encontrar la perfección en cada momento, en cada detalle; las cosas bellas que te ponen los pelos de punta; el cicloturismo, leer, la novela gráfica, la música en vivo, vaguear de cuando en cuando, charlar con los amigos tomando una cerveza (o dos, o tres…) al sol, indignarse, arreglar el mundo, el chocolate, las croquetas, viajar…
¿y sin motivaciones?
En Analema nos mueve el diálogo con el objeto, diseñar aproximándonos desde diferentes perspectivas, analizando el concepto que nos conduce hasta él. El proceso de manufacturación: trabajar con las manos hasta ver el proyecto materializado; el tacto de las superficies, las texturas; trabajar con materiales nobles que respeten la naturaleza; reutilizar objetos desechados por otros, transformándolos hasta dotarlos de un nuevo equilibro estético, de una nueva vida.
¿sin objetivos…?
Todas estas ilusiones y motivaciones se mezclan y unen a nuestro trabajo para crear piezas únicas e inspiradoras que huyen de la indiferencia. Perseguimos así conseguir en cada obra la expresión de un concepto armónico que evoque una sensación y atesore una funcionalidad instintiva. Por eso nuestros productos, mediante el equilibro estético, rozan el arte y alcanzan la belleza y la elegancia que reflejan la perfección y delicadeza de cada uno de sus pequeños y no tan pequeños detalles…
¿Por qué analema?
Por la analogía que encontramos entre este fenómeno astronómico y nuestro modo de entender el diseño.
Al igual que observar al sol desde un mismo punto, el nuestro, y ver cómo va cambiando sin que lo percibamos hasta formar un analema, nos aproximamos al diseño, a la solución de un problema escrutándolo desde la distancia, para después adoptar la posición del analema y mirar hacia la tierra, hacia el objeto, describiendo una infinidad de ángulos, viendo diferentes aspectos, soluciones, perspectivas… hasta que finalmente, acabamos comprendiendo al objeto y consiguiendo que éste cobre toda su forma y sentido.